Un país en Extinción

sábado, septiembre 2

Por Elmer Ramirez en La Nación

Los ricos no saben en el país que viven. Se nota en sus fotologs que no han bajado más allá de sus barrios, donde todo parece Miami (1). Nosotros, los de La Florida, Maipú, La Granja y el resto de Chile, los de pelo negro y ojos café que nunca tuvimos una gran fiesta de 15 como esas que pasan en MTV, tenemos que encapucharnos y tirarles piedras a las micros (2) para que nos den una puta oportunidad de saber un poco más y no vivir cagados por las tarjetitas que a mis viejos les regalaron y ahora no pueden dejar un día para no acogotarse y morir ahogados.

Somos la peor basura para los que tienen celular con plan y mandan mensajitos a las barritas de los programas del 13 con frases como “ESTUDIEN, QUE PARA ESO PAGO MIS IMPUESTOS”. Te advierto que si no los pagaras, no serviría de mucho: igual la plata en general va para carreteras por las cuales hay que pagar un riñón por año –que sólo pueden ser utilizadas por los que tienen el cash suficiente, por lo demás–, y otra parte va para que los milicos vayan a “jugar a la guerra” (3), como dirían Los Prisioneros. Con sus barrios cercados “only for” cerca del Hyatt. Súper bonito.

Nosotros estamos rodeados por supermercados Líder y casas igualitas a la del vecino. Desamparados porque por suerte podemos los fines de semana ir a esos horrendos malls donde todo está para mirar y no llevar. Para tomarse un helado en el Bravíssimo lleno de colorante y sentirse un poquito más vivo. Gracias, Chilito, te hemos dado tanto para que rellenes el territorio de playas privadas y complejos turísticos y tú nos pagas con esta basura: un Consejo de Educación que se rasca el higo. ¡¿No es ESTÚPIDO que los niños de nuevo tengan que salir a gritar para que les den mejores colegios, siendo que por costumbre los deberían detestar?! (4). Me obligas a ir a pegarle patadas a los paraderos. Soy un hijo de esta tierra de silenciosos ignorantes complotados con los más fanáticos valores religiosos. Me das susto, de verdad. Y otros tontos defendiendo la banderita con fanatismo. Este país chaquetero y mediocre está rodeado de barras bravas que apoyan a equipos cuyo resultado está arreglado. Donde cuando la gente y el poder se enfrentan, siempre pierden los primeros; es que todo está planteado de antes. Un mes entero comiendo mal para que me den un futuro mejor y lo único que tenemos es un programita de mierda en TVO (5) para quejarnos. Bacán.

Somos la única generación que puede salvar este país. La anterior tenía al Chino Ríos y todos andaban como idiotas con una raqueta pensando que así se podían salvar. Y la otra, todavía miedo de que Pinochet volviera con todos sus amigos a repartirse lo que quedaba libre. Ahora que nada quedó libre, que lograron el plan (¡felicitaciones a los siniestros funcionarios de la dictadura!; ¡los pobres son tontos y sumisos!, ¡los ricos son egoístas y bobos!, ¡los que tienen el control elevan el pulgar y todos decimos ¡SÍ!, porque no tenemos cerebro) (6) y que nadie es capaz de cuestionar nada (y los que lo hacen, desesperados, rompen todo por que no les pertenece nada) es el momento de volver a pensar.

Ni la derecha ni la Concertación quieren legislar el tema de la educación porque tienen intereses comprometidos. Y esto no lo digo por defender a la superextraizquierda –que no existe, porque son otra tropa de ancianos fanáticos y lateros–. Pero es claro que muchos tienen corporaciones educacionales y por eso patean la pelota. Es una falta profunda de respeto lo que sucede.

A esta altura, no sé qué monos tiene que pintar el Gobierno –los que juzgan a la Michelle por su estilo, sólo confirman que en nuestros genes llevamos un pequeño dictador que nos obliga a pedir que nos apunten y griten si reclamamos como el profesor que reprende al alumno (7)–, acá estamos atrapados todos. Es el momento de evaluarnos como país. Hacer un pequeño análisis de cómo fracasamos –y es oficial, fachos chauvinistas: nuestra identidad es un radical desastre. Miren, por ejemplo, los horrendos jarros patos de pomaires y los panelistas de los espacios de farándula.

De por qué somos estas bestias chaqueteras, envidiosas y silenciosas que rellenan lugares mirando el cemento. Por qué nuestros únicos recuerdos del día tienen relación con lo nublado. Por qué nos preocupa tanto una rota manipuladora y sin neuronas como la Pamelita Díaz (8). O los mensajes satánicos de los pelotudos de RBD (9). Es que no tenemos mucho de qué preocuparnos. Nada depende de nosotros, sólo de la piedad de los poderosos.

Al fin y al cabo, influimos tan poco que sólo somos pasajeros de un país en extinción (10).


(1) www.elpequenogeorge.cl/fmbox_fotos/
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/Movilizaci%C3%B3n_estudiantil_de_2006_en_Chile
(3) www.lyricsdownload.com/prisioneros-los-jugar-a-la-guerra-lyrics.html
(4) www.mundodehoy.com/periodico/index.php?id=3636
(5) www.tvomas.cl/pinguinos.php
(6) http://mt.educarchile.cl/mt/jjbrunner/
archives/2005/08/educacion_en_ch.html
(7) http://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Lagos_Escobar
(8) www.terra.cl/entretencion/index.cfm.cfm?id_reg=663757&id_cat=117
(9) www.eluniversal.com.mx/notas/370128.html
(10) www.rock.com.ar/letras/10/10055.shtml

 

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