El error moral de Psicología

martes, agosto 29

O la esclavitud en la UFRO

Para nadie es un secreto que soy un maldito psicópata. O al menos, eso es lo que dirá mi tarjeta de presentación. El Lunes me presentaré a una persona que no conozco (y a la cual no le pago) para que evalúe mi personalidad. Y, para dolor mío, la primera impresión que reciba el/la terapeuta será, además de mi hermosa cara y mi esencia a rosas/feromonas, una carta que dice que poseo rasgos narcisistas, que soy un lider negativo, que sobrerracionalizo las cosas y que, en definitiva, mi capacidad personal para ser psicólogo ha sido puesta en duda.

Debo decir que usualmente no me preocuparía, pero luego de haber leído el guapisimo libro La realidad inventada de Waztlawick (edición 2001), debo decir que me entró la duda. ¿Hasta qué punto el diagnostico o la sospecha de un malfuncionamiento intrapsíquico puede influir en la confirmación del mismo? Según lo leído, más que la misma persona (Véase Rosenthal, Being sane on insane places; Maturana, Trayendo a mano la patología).

Si bien esta es una situación importante, debo decir que sólo se trata de un prejuicio mío, pues todavía no la he vivido y no puedo dar cuenta de esa experiencia más allá de mi recreación mental de los hechos. Así que quisiera centrar el error moral de psicología en otro punto.

Sin embargo, se hace perentorio que antes explique a qué me refiero exactamente con error moral, pues es una expresión extraña y que, a decir verdad, no debiese comunicarle al lector nada en particular. Pero sí posee una conexión de sentido con mi propia vida: durante mi enseñanza media había un texto en filosofía que llamaba a reflexionar sobre el error moral de la Antigua Grecia. Uno puede pensar muchas cosas, y la verdad, el asunto era simple: el discurso filosófico básico era que todos los hombres son iguales, sin embargo, la esclavitud era legal.

¿Cómo podía ser esto? Fácil, a nadie le importaba. Era más cómodo no preocuparse ni preguntarse sobre el asunto.

Ahora, entendiendo de a dónde viene y a dónde voy con la expresión, puedo empezar a decir cuál es el error moral de psicología en mi universidad: el dinero. Tal parece ser que la fuerza productiva que esclavizó al hombre antiguo, ahora se utiliza para complicar la vida de un psicólogo psicópata aún más: la UFRO NO cancela tu tratamiento psicológico, sino que debes realizar trámites por medio de la Dirección General Estudiantil y su servicio de salud. Es decir, eres tratado igual que el resto de las personas, no posees ningún beneficio por ser estudiante de la carrera, ni tampoco porque eres forzado a evaluarte.

No digo que esto sea no sea algo comprensible (porque de hecho lo es, pues somos muchos los estudiantes que necesitamos de ayuda, sin contar la gente que verdaderamente paga), pero la parte jocosa viene ahora: en la universidad privada, repito, PRIVADA, sin la supuesta "obligación a la responsabilidad social" que posee el discurso de las universidades estatales, la atención para mi fue gratis e inmediata ("¿Puede el jueves?...¿No?... ¿Qué tal el Lunes a las 6?").

¿Qué fue lo que me pidieron? Mi nombre, un teléfono y nada más. Simple, ¿no?

Es irrisorio ver cómo una institución privada, que es, por definición, un negocio, produce resultados mucho mejores para la gente común, corriente y psicópata.

Creo que aquí hay algo mal, y necesita ser examinado. La carrera de psicología parece estar durmiendo sobre sus laureles de éxito y prestigio. Nunca hay que olvidarse que en el sistema de engranajes que es la Universidad, somos nosotros, los estudiantes, uno de los motores más importantes del asunto, pues a nosotros está dirigido todo. Al fin y al cabo, no hay profesor si no hay alumnos, ¿no?

Llamaría a que quienes lean esto alcen su voz y den su opinión, pero no sería bueno, ¿saben? Soy un lider negativo y oposicionista, mejor hagan lo contrario a lo que les digo.

 

1 Comentarios:

Blogger Daicelot dijo...
Más allá de comentar este texto aislado me voy a referir de una sola vez a todo. El blog, el taller de creatividad, la mónica o la metaconversación de segundo orden que vivencié hace un rato enano se me mezclaron en una cosa que al mismo Nacho le conté como mística. Interesante y productivo, complejo y denso, te veo plasmado en tu texto y en los de antes, con ese extraño brillo asesino que no tiene maldad pero sí hartas cosas.

Y claro, me vas a ayudar a re diseñar mi weblog porque se nota que tienes maestría al respecto. Bello template.
2:33 a. m.  

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